miércoles, 27 de agosto de 2014

Poema Lástima: (Para Miau…) 24/04/014


Lástima que prematuramente privaste a mis dientes
de dentellear ese manojo moldeado de carne que tienes.

¡Lástima, que aflicción! Ahora solo dejar en la mente
El libido ferviente que tenía de poseerte
 Y se derrite mi imaginación.

¡Lástima, que pena y desilusión!  No poder acariciar nuevamente
Tan voluptuosos y mórbidos brazos,
 Ni descubrir nuevos cuadros,
En tu torso elegantemente formado.

¡Que pesadumbre, que tribulación!
Siento en el interior;
…Esos besos, esa sonrisa…
 Morir con las ganas vehementes que le tenía;
… Desvelarme contigo encima de mi vientre.
¡Oh Dios!, Queriendo hacer cada momento eterno
Y entre  lujuria y pasión,
Perderme en el deseo y la satisfacción.

“Mi cuerpo se sucumbe en el desconsuelo de lo que pudo tener y sentir y no ocurrió”…

Ahora con amargura veo lo que tuve y debo dejar de tener…
Porque me has cerrado la puerta de frente,
 Por miedo, por otra, ¡Porque estas demente!
Por el motivo que sea,
Ya no me quieres en tu presente;
¡Malditos sean tus celos insolentes!

 Me quedo acá, con el asta baja
Con las ganas,  las hormonas locas…
¡Qué gran ingrato!
¿Acaso no tienes misericordia?;
…Las has dejado  curándose solas;
Apagando la hoguera encendida,
  A suspiros, ha recuerdos,
De que fuiste mío por muy poco tiempo,
Qué pena no fuiste eterno.
…O lo que duré un celo.

Te recordaré con deseo, hasta que como todos…
Vuelvas por un poco de “paz” al puerto.
Mientras tanto yo acá te espero,
 Con la furia dormida entre mis bragas,
 Dejándola soñar despierta y apaciguándola con dulces palabras,
De que un día volverás,
Y antes de que te vuelvas a marchar del brazo con tu inseguridad,
 Le daremos un festín al placer de mi ser,
 De tener toda esa piel,

 Una sola noche a mi merced.

"Porque quería hacerte eterno, una sola noche entre mis dedos"

miércoles, 20 de agosto de 2014

Poema Lo Prohibido



A qué huele lo prohibido?- Huelo a ti...

A tus besos, tu aliento en mi cuello,
tu saliva cálida en mi piel.

Huele a lujuria, a pasión, con un poco de miel.

Tu mirada, sonrisa, galanteo...
quieres hacer de mí tu soberana?
sádico inquieto!

Quién dicta las restricciones?
Yo, solo huelo el desenfreno 
que me causas tu caballero...


"Que, quien dicte la sentencia, sean nuestros gemidos sucumbidos en el deseo"